No se sabe bien porqué, los tresdeseros están bastante relacionados con la música. Con la producción, más exactamente. Conozco a bastantes colegas de profesión que, cuando no tienen un grupete, tocan un instrumento (y en algunos casos bastante bien, por cierto).
No es mi caso. Bueno, sí. Vamos, que sí, que yo también hice mis pinitos en el tema musical (antes de dedicarme al tresdé, o en mis principios más bien), pero no, no creo que las canciones que hice con mi compi de fatigas Alfonso fuesen éxitos...aunque como autor de la misma, siempre uno tiende a pensar que su trabajo lo hace bien y que le gusta. Más abajo podreis decidir si es así o no :-)
En realidad, mis inicios musicales fueron con el clásico por otonomásia CASIO PT-1. El puto clásico que yo creo que casi todos los niños de mi generación hemos tenido, junto con el Cinexin y los clics. Madre mía, que tiempos aquellos, qué soniditos.
De hecho del PT-1 aún quedan reminiscencias y aquel ritmo endiablado (leerse este hilarante artículo trae muchos recuerdos, y se pueden escuchar sus sonidos) en canciones actuales. Si es que lo retro está más de moda que nunca.
Después, hice un "gran" salto a otro pianillo, el CASIO-PT87, que tenía cartuchos. Algo así como el precursor de las videoconsolas pero en ámbito musical. Nunca llegué a comprarme cartuchos, y sus 4 melodías aún resuenan en casa (Dani es el heredero, aunque me temo que no pasará s mis futuros nietos, lo ha destrozado a base de "stress-test".
Una ventaja de este pianillo era que te enseñaba a tocar las melodías con una serie de leds que te decían que nota había que tocar. Si tocabas mal, no pasabas la prueba y sonaba una melodía triste. Y si lo hacías perfecto, era el summum. Ver ese led desplazandose y llegar al "hit parade" era una delicia. Con él practiqué muchísimo, aprendiendo sus melodías, improvisando las mías propias e intentando copiar las que escuchaba. Por aquella época, Jean Michel Jarre revolucionaba con una canción llamada Magnetic Fields II, cuya melodía se me quedó en el cerebro.
Esos "ladrillos básicos" que me enseñaron los primeros compases musicales (para saber que nota era cada tecla las pinté sobre ellas), se fueron momentaneamente aletargando (al fín y al cabo era un niño, había muchas cosas con las que jugar) hasta que ví otro tecladillo, de nuevo otro Casio, esta vez el SK-5. Lo que me alucinó por entonces era que poseía algo que ningún otro tenía: Un sampler de sonido. Con sus cuatro grandes pads amarillos se podían almacenar sonidos grabados con el microfono o mediante su line-in. Y luego modificarlos levemente para conseguir otros sonidos. Así, era posible grabar un grito y el sonido de una guitarra y componer extrañas melodías. Anda que no me divertí haciendo el cabra. Otra de las grandes cosas que tenía este mini-teclado era la calidad de sonido, claramente superior, la polifonía (creo recordar que se podían tocar cuatro notas simultaneamente) y que ya era algo más serio.
Todavía lo tengo guardado, en excelente estado. Y lo modelé en 3D cuando estuve en REM INFOGRAFICA. Buscando información sobre este tecladillo, me encuentro que al parecer es una rareza, y que se cotiza bastante bien. En Youtube hay algunos videos.
Pasaron algunos años hasta que volví a retomar de nuevo el tema, esta vez ya más en serio (al fín y al cabo esas experiencias eran más de niñez). Fué de casualidad que conociese a Alfonso, el cual hizo que me picase de nuevo el gusanillo de la música. Y al ver que compartíamos inquietudes, hizo que me comprase mi primer gran teclado, el Yamaha PSR-500. El tenía el 400, y el 500 añadía cosas bastante chulas.
Con la combinación de los dos teclados y el SK-5 surgieron gran cantidad de "obras". Yo por mi parte también "componía", y por ahí tengo tres cintas que recuperaré en su día (imagino que cuando me cambie de casa) y que igual hasta "remasterizo" los "mejores éxitos". Para que vamos a engañarnos, eran una mierda de canciones que no aguantaba ni yo mismo. Pero reconozco que alguna sí que me salió chulilla.
Alfonso me enseñó lo que debía saber sobre el sentido del ritmo, los compases, etc. Evidentemente ni he tenido ni tengo formación musical, yo toco de "oido", y hombre, no es que sea Jean Michel Jarre, pero imagino que si hubiese estudiado algo de música, mis composiciones hubiesen mejorado.
Esta etapa fué sin duda la más prolífica. Además se juntó con el hecho de que también empecé a darle al tresdé. Buena combinación, sin duda.
Las primeras músicas que salieron realmente eran más experimentos y paranoias. Luego fuimos refinando la técnica y sacamos el primer CD, llamado TSMANIA. El nombre era porque nos hicimos llamar TSM (Techno Sound Madrid). Esto fué en 1996. También hicimos un video aparte, con música original creada para él. La animación se llamaba "Inside/Outside" y llegué a recibir decenas de cartas de PCMANIA, al parecer gustó mucho por la época (todavía tengo amiguetes de esas cartas).
Sacamos un segundo CD, llamado Planet Dance (1997). Este tenía la particularidad de que junto a las pistas de audio iba una pista de datos con un videoclip que mandé a la PCMANIA y que tuvo relativo éxito. Estabamos en nuestra particular "época dorada". Un día recuperaré ese videoclip y os lo enseñaré, seguro que os reís, nos lo pasamos en grande haciendo el cabra. Pop-art en estado puro y animado en 3D X-DDDDDD. Ese CD también supuso nuestro asalto al ciber-despacio (nunca mejor dicho), y en la ya extinta web mp3.com, pudimos poner a la venta.
Vendimos exactamente dos copias, una de ellas para nosotros. Menudo éxito. Evidentemente, estabamos en los albores de Internet, y no es el hervidero que hay ahora. Tampoco creo que ahora hubiesemos vendido más de dos copias, claro.
Animados por nosotros mismos, hicimos nuestro primer y único concierto, en una sala de mala muerte, donde el DJ hasta nos hizo boicot porque se pensaba que le ibamos a quitar el trabajo, y donde los únicos que nos animaban eran nuestros colegas. Patético. Sin embargo, lo pasamos muy bien y nos descojonamos de la risa. Yo creo que al dueño del garito nos dió pena y todo.
Aquí hubo otro paroncillo de tres años, aunque hicimos algunas cosillas, no eran nada serio.
Así, en el año 2000, junto con el cambio de Milenio y de nombre (pasamos a llamarnos Mental Dream Factory) llegó el tercer CD, llamado Remasters. Como su nombre indica, era una "compilación" de los mejores temas de los dos CDs anteriores, más alguno nuevo, y un remix de todos ellos. Aquí la innovación técnica era que descubrimos el poder de grabar las pistas al ordenador y retocarlas con programas de audio. Teníamos un Software multipistas que nos permitía ir metiendo cada sección y mezclarla a nuestro gusto, algo que nos permitió crear música mejor producida.
Ese fué el último CD que realizamos, aunque no paramos ahí, aunque sí se vislumbraba la decadencia. Los teclados que usabamos estaban claramente desfasados en cuestión de sonidos, no nos gustaban y no teníamos opciones de poder modificarlos.
Pasó el tiempo y buscando sustituto para mi viejo PSR-500, leyendo en revistas musicales ví la "review" del que es mi actual teclado sintetizador: ROLAND JX-305. Este teclado es la bomba. Combina en un solo aparato la mítica MC-505, y un teclado (la MC-505 no tenía teclas), y añade unos cuantos nuevos más. No tiene altavoces (es un sintetizador puro y duro) y su chasis METALICO es de un azul electrico precioso. Realmente me enamoré de él.
Sin embargo, llegó tarde. No llegamos a hacer más que tres o cuatro canciones, experimentaciones. Pero se notaba claramente el DEMOLEDOR sonido electrónico que era lo que nos gustaba. Luego nuestras vidas empezaron a cambiar, a olvidarnos cada vez más de la música, y lo tengo cuidadosamente guardado y empaquetado para cuando nos den la casa, ponerle en el sitio que le pertenece. Y darle una segunda oportunidad.
En fín, si habeis logrado llegar hasta aquí, creo que os mereceis un "premio". Aquí abajo podeis bajaros el último CD que realizamos (Remasters) para que lo escucheis y lo...¿compartais?. Bueno, eso si os gusta. Pensar que como toda la música, ésta es personal y no a todo el mundo le gusta.
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